sábado, 2 de julio de 2011

Lágrima


Cristal caliente y diluido,
engendrado en sentimientos
impotentes.

Lentamente brotas
de una entraña herida,
buscando tu destino incierto
en esa piel estéril
que cobija tu caída.

Sangre aglutinada,
fluido íntimo,
desgarro de la carne
-herida y roja-
que te mece.

Errante buscas la respuesta
a tus gemidos
incompletos,
frustrados en la entraña
de tu madre.

Esta líquida verdad
encerrada en lo sutil de tu misterio:
La efímera,
quebradiza,
muda
vida humana.

Tu sustancia,
sollozo de insondable dolor
jamás perdido.

Tu leve arista,
frágil.

-Nuestra visceral garganta-

(Dibujo original para este poema: Camelia Davidescu)